Lo que yo creía que significaba “Espiritualidad”, o Identificar la Trampa del Ego Espiritualizado Para Ganar Humildad y Saber que es Mejor No Saber.
Esto es un resumen del capítulo 10 del libro que escribí sobre mi camino con PSYCH-K® – Si quieres leer todo el libro, puedes descargarlo en este link.
Siéntete libre de compartirlo con quien quieras, ya que es mi manera de apoyar a quienes, como yo, en algún momento sentimos que faltaba una pieza para encontrar la paz que estábamos buscando.
Hace unos años, alguien me dijo: “Tienes un ego como de 5 pisos y no te das cuenta, te crees mejor que los demás”.
En ese momento, el comentario me impacto mucho y precisamente por el ego, me sentí ofendida e incomprendida. Con el tiempo, me he dado cuenta que en realidad el comentario fue bastante generoso ¡porque mi ego solía tener mucho más que 5 pisos!
Este comentario fue un gran regalo porque me llevó a tomar conciencia de la trampa en la que estaba metida, que ahora sé que se llama ego espiritualizado.
Debido a que había hecho tantos cursos, talleres y seminarios, había leído tantos libros y había vivido toda una serie de experiencias “espirituales”, me había puesto encima un gran cantidad de creencias tomadas de cada uno de esos caminos, muchas de las cuales han sido muy útiles y muchas que ahora encuentro eran tan limitantes como las recibidas inconscientemente durante los primeros años de mi vida. Y por eso, me había creado una imagen de mi misma como una persona “muy espiritual”, y lo decía así con gran orgullo.
Esta imagen estaba basada en una serie de CREENCIAS; algunas expansivas y varias muy LIMITANTES. Las creencias limitantes eran el soporte de una ACTITUD de superioridad y juicio frente a los demás porque como no eran espirituales como yo, eso me daba derecho a juzgarlos y a creer que eran menos evolucionados que yo.
Esa ACTITUD me llevaba a COMPORTAMIENTOS en los que me encantaba imponerle a los demás mis creencias, diciéndole a la gente a mi alrededor como “debían” comportarse y por qué lo que estaban haciendo no les hacia bien. El RESULTADO de actuar así, era alimentar mi ego y desempoderar a las personas con quienes interactuaba.
En la medida que he ido internándome en el territorio resbaladizo y sinuoso del ego, he ido tomando conciencia de esta interesante paradoja, en la que entre más me auto-etiqueto como una persona espiritual menos espiritual realmente soy. Ahora me doy cuenta que el ego espiritualizado me llevaba a querer hacerme cargo de todas las personas, a querer salvar al mundo, para quedar bien ante los demás, para verme bien ante sus ojos. Y al decirles o mostrarles a los demás que yo podía hacerme cargo de sus procesos de vida, lo que realmente les estaba diciendo era “tu no puedes, déjame que como yo soy más poderosa, yo me hago cargo”. ¡Qué cansado! Con razón vivía exhausta.
El Gran Espíritu escogió esta vida humana como la manera para continuar expandiéndose en su eterno e inmortal viaje; somos seres espirituales haciendo un viaje humano, no seres humanos en búsqueda de la espiritualidad. Es a nivel del Espíritu que ya somos perfectos, completos y únicos, y es a nivel de nuestra magnifica humanidad donde hay espacio para evolucionar.
Ahora creo que la mejor manera de honrar el bellísimo regalo que el Gran Espíritu me hizo, es ser el mejor ser humano que puedo ser, lo cual incluye todos los aspectos de mi humanidad. Como le escuché decir al conferencista Steve Maraboli, «al balancear nuestra espiritualidad con nuestra humanidad es cuando encontramos felicidad, éxito, salud y amor inconmesurables«.
Gracias a este viaje por mi humanidad, he ido aprendiendo a estar mas en contacto con mi cuerpo físico, a tener una relación amorosa con el dinero y a disfrutar del éxito y sus beneficios. Ahora me permito realmente disfrutar de todo lo placentero que significa ser humano y VIVIR la vida con todos mis sentidos; y esto ha sido gracias a la posibilidad de elegir como quiero vivir, dándole nueva información a mi mente subconsciente, al utilizar los procesos de transformación de PSYCH-K®.
Otro lado de la trampa de la “espiri-dualidad”, es la creencia muy común que para ser espiritual hay que dejar de lado lo material. Entonces nos encontramos con muchas personas en el camino de la espiritualidad que tienen una relación conflictiva con la abundancia material. Y en mi comprensión actual del tema, lo material — lo humano — y lo espiritual, son simplemente dos caras de la misma moneda.
En mi manera de entender mi mundo hoy, creo que seguir un camino espiritual negándonos a los placeres de la vida humana y obedeciendo unas reglas impuestas por otros para ganarnos el cielo y evitar ir al infierno en otra vida, no es realmente espiritualidad. Es evitar morir mientras que dejamos de vivir, en la búsqueda de una espiritualidad lejana y abstracta.
Como nos dice Bruce Lipton, VIVIR con la atención plena en cada irrepetible momento es sin lugar a dudas la mejor manera de crear el paraíso en la tierra.
En conclusión, te invito a reflexionar y preguntarte ¿Cómo cambiaría tu vida si eligieras transformar algunas de estas creencias auto-limitantes por unas mas empoderadoras?
LIMITANTES
- Para ser una persona espiritual debo renunciar a mi humanidad y a todo lo material
- Debo protegerme de las energías de otros para no contaminar la mía
- Debo ayudar a los demás a encontrar su verdad porque ellos no pueden lograrlo solos
EMPODERADORAS
- Mi espiritualidad y mi mundo material son dos caras de la misma moneda; honro mi espiritualidad siendo el mejor ser humano que puedo ser
- Atraigo a mi vida únicamente aquello que es para mi bien mayor y superior
- Tengo certeza que todas las personas son seres poderosos con todo lo que necesitan para encontrar su propia versión de la verdad
Si quieres saber más sobre cómo integrar PSYCH-K® en tu vida diaria visita la sección de próximos talleres.
Recuerda que si quieres leer todo el libro, puedes descargarlo en este link.
